Sin hablar puedo decirte,
Que te adoro,
Que mi sed no resiste,
A beber de ti, dulce tesoro.
Sin siquiera tararear,
Puedo endulzarte el oído,
Para que pueda enquistar,
El miedo,
Que me hace ser inhibido.
Sin usar los poemas,
Puedo llegar a enamorarte,
Pero tengo problemas,
Cuando he de tocarte.
Ya que eres pura,
No quiero maltratarte,
Y no habría cura,
Al daño que he de causarte.
Porque quiero que seas tú,
La que me abra la puerta,
Y quiero que con tú luz,
Ilumines mi alma muerta.
Quiero perderme en tus besos,
No me importa que sea lascivo,
Quiero vivir un momento de esos,
Y que no se los lleve el olvido.
No es suficiente la ternura,
Para que me puedas amar,
Y ni con mucha dulzura,
Te has de des amargar.
Quiero entrar en ti,
Morar en tu cuerpo,
Quiero que seas parte de mí,
Y ese sea mi amuleto.
Sueño con aquel momento,
Sueño sin parar,
Sueño despierto,
Y lo murmullo sin callar.
Quiero que no sea abstracto,
Quiero tenerte,
Sin hacer algún pacto,
Quiero me dejes de ver inerte.
Porque puedo amarte,
Como nadie lo ha hecho,
Y no podré dejarte,
Sin sentir despecho.
Despertaré de mi timidez,
Para tener el valor,
De decirte al fin, sin pudor,
Que me excita el verte,
¡Ya vez!
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